lunes, 4 de marzo de 2024

YM

 16 de febrero de 2024.

Hemos realizado, los senderistas habituales, una visita al cortijo de Garrapilos, que está situado en la Barca de la Florida, una pedanía de Jerez de la Frontera.

Nos espera el alcalde, Alejandro, y  una pareja, socios de la asociación cultural taurina, que son los que han promovido la visita al cortijo. 

En el Cortijo de Garrapilos es donde tiene la Yeguada Militar el Depósito de Sementales. Hace algunos años dicho depósito estaba en Jerez, justamente frente donde ahora vivimos mi esposa y yo.



Nos espera, en la puerta del destacamento, el Comandante jefe de los militares profesionales que allí cumplen servicio. No son muchos, la mayor parte de los trabajos a realizar están externalizados a empresas. También existe un comandante veterinario.  


Iniciamos la visita. Nos va  mostrando las distintas dependencias. Primero pasamos por una fragua, donde un grupo de chicos y chicas están aprendiendo, en un curso para personas paradas, el oficio de herrar caballos. estaban preparando herraduras, sacándolas del fuego, al rojo vivo, y golpeando en el yunque para darle la forma apropiada.


Entramos después al lugar donde se le saca el semen a los sementales. Una habitación, con un potro de cuero  en el medio, donde se engaña al semental, para que realice allí la monta y, con una vagina artificial de látex, se le coge el semen. Ya no se realiza la monta de yeguas, sino de esta manera, con la cual se pueden cubrir hasta veinte yeguas, puesto que de la extracción se sacan muchas muestras, que luego sirven para cubrir a las yeguas por inseminación artificial. 



Antiguamente era el ganadero el que llevaba allí a su yegua para ser montada por el semental. Ahora el ganadero mira en la página web de la YM y pide la muestra del semental que prefiera, previo el pago de una cantidad inferior a los precios del mercado, y  YM se lo manda  por correo urgente en menos de veinticuatro horas, en unas cajitas, que nos enseñaron, donde se alojaban, perfectamente una jeringa, con la muestra preparada ya para su uso, junto a unos bloques de plástico congelado, como los que utilizamos en nuestros frigoríficos, todo dentro de corcho blanco, que era lo que envolvía una caja de cartón. Dentro también se metía un certificado con el nombre del caballo del que se había obtenido el semen así como los ascendientes de dicho caballo. Todos estos datos están recogidos en el libro genealógico de la cría caballar de España.


Una vez conocido esto, pasamos a ver los sementales, que estaban en sus box, Cada uno tenía anotado en la puerta del box su nombre. De dicho nombre se desprendían varios datos. Por ejemplo, la primera letra indica el año de nacimiento. la primera vocal: E: español, A: árabe, I, inglés.  Los caballos estaban tranquilos. 




Después de ver todos los sementales, nos dirigimos a ver los potros de un año, y los de dos años, que estaban separados. Los potros de tres años son los que destinan, en primer lugar, a los regimientos militares que tienen caballos, como el batallón de la guardia real, policía y guardia civil, así como alguna policía municipal. Los potros mejores que se destinan a sementales y, los que le sobran, son los que subastan al público.A todos se les ha dado la doma básica. La subasta tampoco se hace como antiguamente, al mayor postor, sino que se hace a sobre cerrado, con lo cual es menos interesante.


En Garrapilos solo se tienen machos, caballos o potros, las hembras están en el Cortijo de Vicos, Solo había unas dos o tres hembras veteranas que se emplean para engañar a los sementales cuando van a sacarles el semen,


Cuando terminamos dimos las gracias al Comandante por su amabilidad y por lo bien que nos explicó todo. 


Salimos fuera del recinto militar, ya era hor de comer, comimos nuestros bocadillos, y después de comer, emprendimos una marcha senderista por la cañada que allí mismo cogimos en dirección al Cortijo de Vicos.

Unos seis kilómetros de ida y otros de vuelta, Camino llano, muy fácil de caminar.  A destacar del itinerario el Encinar de Vicos. Vimos abundancia de conejos y perdices a lo largo del camino.


Hacia las seis y media regresamos a Garrapilos donde teníamos el coche, a las afueras del recinto militar. Emprendimos la vuelta. Tomamos cafés en la Barca de la Florida. Luego volvimos a Jerez.